En pocas horas las campañas llegarán a su fin,
afortunadamente se termina un periodo atroz de intercambio de insultos,
difamaciones, juego sucio, “trapitos al sol”, irregularidades en la obtención
de recursos financieros, guerra en redes sociales, entre otros.
Todo esto en conjunto nos ha dejado exhaustos, hartos de las
campañas y de los respectivos candidatos, me atrevo a decir que nos han vuelto
a dividir como sociedad. El panorama político se ha polarizado, de manera particular,
en las redes sociales.
Pero a partir del jueves estaremos “aparentemente”
descansando de las campañas, y considero que es hora de centrar nuestra
atención en lo que pasará el domingo 1
de julio por la noche.
Evidentemente el Instituto Federal Electoral (IFE) ha sido
blanco de muchas críticas, incluso hay quienes se anticipan y hablan del
“fraude”, aunque ni siquiera hemos emitido el voto, seguramente hay mucho por hacer en el IFE,
pero esto es lo que tenemos el día de hoy, y con estas condiciones tenemos que
salir a votar.
No cabe duda que será una de las elecciones más vigiladas de
la historia, puesto que hay miles de ciudadanos que estarán al pendiente de lo
que suceda en las casillas. Será todo un reto lograr que este proceso se
realice en paz, por el bien de nosotros mismos, dejando a un lado las pasiones.
El país se merece un buen ejercicio electoral ciudadano, ya ha corrido demasiada sangre como para
manchar este proceso.
¿Y el 2 de julio?
Si pensábamos que la peor parte eran las campañas, creo que
estamos equivocados. Una vez que sea declarado el ganador o ganadora de la
elección, veo venir una división mayor, porque si de algo estoy segura, es que habrá
miles de inconformes con los resultados.
Y es en este rubro donde nosotros los ciudadanos tendremos
que ser muy responsables en no sumar más caos al caos que ya vivimos hoy en
día. El 2 de julio tendremos que comenzar la reconstrucción de nuestro país, el
ganador o ganadora tiene desde hoy una gran agenda que cubrir para poder
gobernar un México divido y lastimado.
Las siguientes semanas a la elección, tal vez meses, se me
antojan difíciles, puesto que hay muchas fracturas en el tejido social, hay que
estar muy atentos en no encausar nuestras frustraciones o desacuerdos políticos
con violencia, ya hemos tenido demasiada este sexenio, como para terminar de
hacer pedazos a México.
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