miércoles, 17 de octubre de 2012

La libertad que se construye




No sé si a ustedes les pase, pero las noticias hoy en día fluyen con tal rapidez que apenas y nos dan tiempo de reflexionar sobre algún evento, pues tenemos varios temas encima sobre los que pensar.

Incluso me he llegado a cuestionar el buen uso de las redes sociales en cuanto a la cantidad y calidad de información que llega a nuestras manos diariamente.

Los que estamos acostumbrados a usar Twitter como medio de información, nos topamos con una gran cantidad de opiniones, debates y hasta peleas entre usuarios, por lo que tengo la sensación de que no alcanzamos a digerir todo de manera correcta.

Los medios tradicionales están entrando en una grave crisis antes las cascadas de información en tiempo real que fluyen a través de las redes.  El periodismo mismo está en entredicho al utilizar a usuarios de estas redes como fuentes fidedignas, dejando por un lado la confirmación de la información que se publica, por ejemplo.

¿Tiempos raros?

Y me parece que ya no hay vuelta atrás, el escenario cambió y no hay quien lo detenga. Tendremos que acostumbrarnos, todos, a esta nueva dinámica que marcan las redes y a la agenda informativa que éstas producen.

Ya es imposible no tomarlas en cuenta –para bien o para mal– existen y se han convertido en un punto clave en la vida política de México, tal como ha sucedido en otros países.

El reto que tenemos frente a nosotros es grande, porque ahora la información emana de la misma sociedad, ya no tenemos que esperar a que las televisoras o los grandes monopolios de periódicos informen, mientan, o distorsionen los hechos que ocurren a  lo largo y ancho de la República.

Nuestra responsabilidad como usuarios es clasificar y filtrar todo lo que leemos para que se convierta en una herramienta válida y confiable y nos sirva para construir nuestro destino como sociedad responsable e informada.

Tendremos que aprender a dejar por un lado los egos, los protagonismos, las pasiones partidistas que tanto dañan, para aprender a vivir en una sana convivencia, en donde las diferencias nutran, en lugar de dividir.

Dejar el insulto y sustituirlo por debates fundamentados en donde todos los lectores salgamos ganando. La libertad de expresión se construye, no se impone y eso es parte de nuestro trabajo como ciudadanos.

¿Ustedes qué piensan?


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